La importancia del Líquido refrigerante
La transferencia de calor es clave para la refrigeración del motor, el consumo de combustible y las emisiones de CO2. El circuito térmico es un sistema hidráulico complejo y sensible que requiere de un líquido refrigerante de alta calidad. Desde el bloque motor hasta la culata, pasando por la bomba de agua, el radiador, termostato, radiador de calefacción, refrigerador de aire y enfriador EGR, el líquido refrigerante es el fluido que asegura la conductividad térmica disipando el calor del circuito térmico y protegiendo el sistema al completo del sobrecalentamiento, el envejecimiento y la degradación. Por tanto, si en el vehículo no mantenemos una óptima refrigeración aumentarán las emisiones, perderemos rendimiento en cuanto a potencia del vehículo e incrementarán los consumos de combustible. Y lo más importante, aumentará el riesgo de sufrir averías costosas.
Efectos de un uso de refrigerante inadecuado
Agua o refrigerante de mala calidad:
- Puede producir perforaciones en las piezas de aluminio y hierro
- Produce la formación de escalones en las partes planas
- Reduce la conductividad térmica y la eficiencia de refrigeración
- Produce residuos que generan obstrucciones en el circuito
- Producen residuos que atacan y destruyen el radiador de refrigeración
- Bajo nivel a la congelación (0º) -> presencia de hielo en el circuito
- Bajo nivel a la ebullición (100º) -> presencia de gas en el circuito.
El líquido refrigerante debe por tanto aportar una protección complementaria:
- Protección al oxígeno. El oxígeno presente en el agua es el principal impulsor de la corrosión en metales del circuito de refrigeración. Las altas temperaturas favorecen la liberación de oxígeno, por lo que el sistema debe estar protegido de la presencia de éste. Además el oxígeno afecta a la conductividad del líquido.
- Protección a la corrosión por electrólisis. En líquidos refrigerantes de soluciones acuosas los metales reaccionan químicamente entre sí, intercambiando partículas cargadas de corriente eléctrica que produce la corrosión gradual.
- Tensión parásita. La presencia de corriente parásita entre dos superficies donde no debería existir dicha tensión inicia el proceso de corrosión severa, o corrosión por tensión, esta tensión se transfiere a través del líquido refrigerante de baja calidad como conductor de la corriente.
- pH correcto. El pH mide lo ácido o alcalino que es el refrigerante, en un refrigerante con un pH por debajo de 4, es decir, ácido, el grado de corrosión es máximo, por lo tanto un refrigerante de calidad debe tender a un pH máximo (hasta 10 de valor), es decir, alcalino, para evitar la corrosión. Los refrigerantes de calidad mantienen el pH en el intervalo necesario para evitar corrosiones.
Un líquido refrigerante sin estas características producirá,
- Perforaciones en los componentes de aluminio y hierro
- Formación de escalones en las partes planas, lo que resulta fatal para el cierre de la bomba o la culata.
- Reducción de la conductividad térmica y la eficiencia
- No reducción de temperatura
- Mayor consumo, mayor emisión y probabilidad alta de avería
- Producción de residuos que generan obstrucciones en el circuito
- Producción de residuos que atacan y destruyen el radiador de refrigeración
- Bajo nivel de congelación y la consiguiente probabilidad de hielo en el circuito
- Bajo nivel de la ebullición y presencia de gas en el circuito
¿Qué debe tener un refrigerante de calidad?
- Inhibidores de corrosión. Cuando la corrosión aparece, las partículas desprendidas circulan por los conductos dañando los elementos del circuito (principalmente radiadores y bomba).
- Inhibidores de espumas. Provocado por las turbulencias del sistema se producen espumas que generan burbujas de aire reduciendo el rendimiento de la refrigeración y produciendo erosión de los componentes.
- Inhibidores de cavitación. Las burbujas producidas por un refrigerante de baja calidad provocan ondas esféricas que “chocan” violentamente en el circuito, efecto llamado cavitación, dañando éste por golpes repetitivos.
- Inhibidores de depósitos en superficie. Estos depósitos producidos por el refrigerante de baja calidad se quedan adheridos a las superficies de contacto produciendo una estanqueidad deficiente y por lo tanto pérdidas de líquido.
El Líquido refrigerante VALEO Protectiv™ garantiza la máxima protección del motor
- Al incorporar aditivos inhibidores de corrosión orgánicos, prolongan la duración del líquido y protegen de la corrosión a todos los componentes del circuito de refrigeración.
- Por su alta concentración en etilenglicol de 50%, protege su motor a -35ºC y eleva su punto de ebullición a 145ºC (a presión de circuito), permitiendo la máxima conductividad térmica.
- Por incorporar aditivos antiespumantes que evitan la aparición del fenómeno de cavitación.
Limpieza del circuito y sustitución del líquido de refrigeración
Al sustituir el radiador de refrigeración es necesario una limpieza del circuito de refrigeración, especialmente si se detectan residuos sólidos en el vaso de expansión, en las tomas de entrada o salida del radiador y en el orificio de desagüe de la bomba de agua.
Si no se realiza una limpieza correcta del circuito y se usa un líquido refrigerante inadecuado, los residuos permanecerán en el circuito, pudiendo producir con el tiempo averías en la bomba de agua, radiador de refrigeración y/o calefacción por corrosión o proyección de partículas, así como obstrucciones que determinarán el bajo rendimiento del circuito.
Es obligatorio en cada intervención SUSTITUIR el líquido de refrigeración para evitar mantener en el circuito líquido degradado, líquido de mala calidad y/o presencia de elementos que dañen el circuito (partículas). Debemos tener información detallada del vehículo para la correcta elección del líquido refrigerante respetando la concentración de mono etilenglicol y la presencia de aditivos anticorrosivos y antiespumantes.
El líquido de refrigeración Valeo Protectiv™ cumple las normas más exigentes de los fabricantes de vehículos. Para ello, Valeo pone a su disposición una amplia gama de líquido refrigerante con distintas tecnologías que se adaptan a sus necesidades.
VALEO Protectiv™ G12/G12+ (VW TL 774 D/F - MAN 324-SNF)
Líquido de refrigeración de larga duración preparado a base etilenglicol y un paquete de inhibidores de corrosión de tecnología orgánica. No contiene nitritos, aminas, fosfatos, silicatos ni borato. Gracias a su tecnología orgánica está especialmente estudiado para proteger de la corrosión y el óxido al radiador, a la bomba de agua y a los diferentes metales que se encuentran en el circuito de refrigeración de motores de combustión interna, incluido el aluminio y aleaciones ligeras.
VALEO Protectiv™ G12++ (VW TL 774 G - MAN 324 Si-OAT desde 12/2011 - MB 325.5 desde 10/2011)
Líquido de refrigeración de larga duración preparado a base etilenglicol y un paquete de inhibidores de nueva generación que combina las ventajas de los inhibidores orgánicos y las ventajas de los silicatos (tecnología Si-OAT) consiguiendo un alto rendimiento y una larga duración. No contiene nitritos, aminas ni fosfatos. Su formulación específica garantiza una protección de larga duración frente a la corrosión en los diferentes metales que se encuentran en el circuito de refrigeración de motores de combustión interna, especialmente en aleaciones de aluminio y metales ligeros.
VALEO Protectiv™ G13 (VW TL 774 J)
Líquido de refrigeración de larga duración y uso directo preparado a base etilenglicol y glicerina y un paquete de inhibidores de nueva generación que combina las ventajas de los inhibidores orgánicos y las ventajas de los silicatos (tecnología Si-OAT) consiguiendo un alto rendimiento y una larga duración. No contiene nitritos, aminas ni fosfatos. Su formulación específica garantiza una protección de larga duración frente a la corrosión en los diferentes metales que se encuentran en el circuito de refrigeración de motores de combustión interna, especialmente en aleaciones de aluminio y metales ligeros.
VALEO RECOMIENDA
- Vaciar el circuito antes de llenarlo con líquido de refrigeración Valeo ProtectivTM.
- Limpiar previamente el circuito para eliminar restos de líquidos anteriores y extraer posibles contaminaciones de metal y así maximizar el rendimiento del nuevo líquido.
- Sustituir el líquido de refrigeración cada 3 años en vehículos turismos y cada 2 años en vehículos industriales